De @ianedgar_ y @nano_arrastía
Antes que nada, cabe aclarar que este mismo artículo NO hace ningún
tipo de promoción o proselitismo al consumo o venta de drogas. Solamente refuta
la idea de que necesitamos prohibiciones o regulaciones a nuestra libertad de
parte de la burocracia.
¿Para
qué la prohibición?
Este es el primer punto y el más importante. ¿Para que esta regulación? ¿Con que motivo? ¿Qué objetivo cumple? Bueno,
la idea es muy básica, es para "protegernos". ¿Protegernos? ¿De qué?
De nuestra libertad. Si, esta ley, tiene como objetivo quitarnos nuestra
libertad.
Los gobiernos nos tratan -a los ciudadanos- como unos niños, como
personas irresponsables, como gente
incapaz de cuidarse por sí misma. Y, por supuesto, son ellos mismos quienes
deben "cuidarnos". Éste estado invasivo y paternalista le dice a los ciudadanos lo que
es mejor para ellos, imponiéndolo por la fuerza.
Nosotros nos podemos cuidar por nuestra propia cuenta, no necesitamos
de leyes y regulaciones que solamente -como aclaré recién- atentan contra
nuestra libertad. No obstante, las libertades que tomamos, son las
responsabilidades que asumimos como ciudadanos.
Creer que necesitamos de un grupo de burocráticos, es una idea
absurda, la cual nos inculcaron en forma de adoctrinamiento desde pequeños
Y lo más patético de todo, es que por más regulaciones que pongan,
estas sustancias llegaran a las manos de quien lo desee, porque hasta en el
lugar más regulado -como la cárcel- se sigue filtrando la droga.
¿Si se
legaliza, el consumo aumentaría?
Esta tal vez sea la pregunta más cuestionada por el lector. Y la
respuesta no tiene mucha ciencia, el consumo no varía en gran medida, dado que,
el que desea consumir, lo hará con o sin
una ley que se lo prohíba, no necesita de alguien que se lo permita.
Hasta hay personas que argumentan, que, con la legalización, el
consumo podría llegar a caer, sobre todo en los adolescentes. Esto se debe a
que miles de jóvenes se incentivan a probar cosas ilegales, consecuentemente,
la mejor solución a este tipo de problemas psicológicos es su legalización.
Otro factor a tener en cuenta, es que la cantidad de muertes por
consumo de drogas, bajaría drásticamente, dado que la calidad sería mejor y más
segura. Ya que no es lo mismo consumir sustancias producidas en un contexto marginal,
a que en una empresa especializada en tal producción.
¿Quienes
salen ganando con esta ley?
Aunque parezca un poco contradictorio a primera vista, y hasta
ilógico; los primeros en defender esto, son
los grandes narcotraficantes.
¿Por qué ellos? ¿Dónde está el curro? En un principio, al estar
prohibido su consumo, se deben manejar en el mercado negro, donde no se pagan
impuestos, donde el precio de los productos es mayor, donde tienen una peor
calidad, donde se pueden cometer crímenes con mayor facilidad -por eso tantos
asesinatos- y donde se violan las leyes constantemente.
Por esto, y por muchas otras cuestiones, los traficantes de drogas
siempre van a desear la prohibición de sus productos.
Pero, si los políticos saben que ellos ganan, ¿Por qué no lo legalizan?
Y es aquí donde está el mayor engaño de todos, la gran trampa. Los políticos
también tienen su ganancia. ¿Cómo? Son dos los motivos; El primero, la corrupción, son incontables la
cantidad de políticos que se unen con los narcotraficantes más poderosos, para
obtener un gran monto de dinero en negro. Y segundo, y la más paupérrima, por
cuestiones populistas, hacerle creer a los ciudadanos que estarán
"protegidos" y así, lógicamente, sumar más votos. Ergo; La legalización solo perjudicaría a los
narcotraficantes y políticos.
¿Y la
salud de los ciudadanos?
En realidad, la penalización de drogas parece ser el problema más que
solucionarlo. Con respecto a los consumidores, la prohibición agrava el
problema en, al menos, dos formas;
Primero, como bien se aclaró, la penalización aumenta el costo de las
drogas porque genera escasez y crea costos asociados con traficar ilegalmente.
Este aumento del costo, a su vez, produce la necesidad en los consumidores de
obtener más ingresos cometiendo crímenes.
Segundo, la penalización incentiva
la creación de drogas más dañinas. Como las drogas no pueden consumirse
públicamente, el consumidor necesita una droga con la mayor potencia narcótica,
para consumirla en una ocasión en vez de varias, y en el menor tamaño, para
poder trasladarla sin ser detectado. Así, las drogas populares son las que
-como la cocaína- concentran el mayor daño a la salud en el menor espacio
posible.
Si de salud hablamos, es evidente que al penalizar las drogas, el
adicto, o el consumidor casual se va a perjudicar. Esto se observa cuando uno
compra legalmente un producto en una tienda y no es óptimo, puede ir a servicio
al consumidor o bien, si le afecta dañinamente puede presentar una denuncia, lo
cual en un mercado procedente y libre baja drásticamente el prestigio de dicha
tienda o negocio. Por lo tanto; Perderían
ingresos. En cambio, en el mercado negro, si alguien le reclama al dealer,
que un familiar falleció por inyectarse la heroína que él le vendió,
probablemente o no le interese o te meterá en problemas.
Error y conclusión final
El primer país en regularizar esto fue Estados Unidos, pero no solo
Estados Unidos cayó en el error de la "guerra contra las drogas", en
su caso, la destilación clandestina. Todo el mundo intentó aplicar estas
medidas anti-libertad, las cuales fracasaron, fracasan y continuarán
fracasando.
Legalizar, liberar la producción y el consumo de drogas, no va a
acabar con los adictos. Con lo que si va a acabar es con la narcoviolencia y la
narcopolítica. ¿Y cómo lo sabemos? Tomemos de nuevo el ejemplo de Estados
Unidos, el pasado es el mejor precedente del futuro; Cuando en el pasado los
estadounidenses decidieron prohibir el alcohol por trece años -la ley seca-,
las mafias como la de "Al Capone", tomaron ese mercado ¿Y que hubo?
Secuestros, violaciones sexuales, desaparecidos, extorsiones y un alcohol de
baja calidad que dejaba a la gente ciega. Cosas que al volver a legalizar el
alcohol terminaron desapareciendo. No
permitamos que pase lo mismo con las demás sustancias.
"Toda
persona tiene derecho a elegir. Hagan cuanta propaganda quieran en contra del
cigarrillo, pero dejen que el individuo tenga libertad de elección para manejar
su propia vida. De otro modo, bien se podría llegar a proscribir todos los
tipos posibles de agentes cancerígenos, incluyendo los zapatos que aprietan,
los dientes postizos mal ajustados, la exposición reiterada al sol y, para el
caso, la ingestión excesiva de helados, huevos y manteca que podría provocar
enfermedades cardíacas. Y, si se demuestra que esas prohibiciones son
inaplicables, nuevamente la lógica indica que hay que encerrar a la gente en
jaulas para que reciba la cantidad adecuada de sol, la dieta apropiada, los
zapatos correctos, etcétera".
-Murray Rothbard
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