Escribo en El Argentino Liberal y opino en Twitter en @jdoedoe101101
Si hay algo que la totalidad de los políticos argentinos están de acuerdo es que el Estado debe repartir subsidios a empresas privada. Algunos más y otros menos, jamás se escuchará en el Congreso de Argentina una crítica a la política subsidiaria. Esta moda no es solamente otra costumbre socialista argentina; no, hasta en Estados Unidos desde la crisis del '30 que se acepta el hecho que el Estado reparte dinero a dedo.
El subsidio no es más que una transferencia de dinero (directa o indirecta) del Estado a una empresa privada para suplir una diferencia entre el precio real y el precio que se le cobra al consumidor. En su buena época esto sólo se utilizaba en momentos de gran colapso económico, y siempre en corto plazo y hasta a veces con contratos de devolución, con el único objetivo de evitar que se disparen los precios. Sin embargo, el keynesianismo y el New Deal le encontraron otro uso; estimular la economía. Esta nueva aplicación se basaba en la teoría falaz de la ventana rota: es bueno que a un restaurante se le rompa la ventana del local ya que así deberá contratar a una vidriería para que le cambie la ventana y así se estimula el comercio. Este argumento se olvida del famoso costo de oportunidad. Si, el dueño del restaurante le pagará al vidriero, pero esa plata que tenía para, por ejemplo, comprarse un nuevo horno, la pierde en reparar la ventana y se pierde comercio con el vendedor de electrodomésticos. Esta demostración de la falacia de la suma cero no convenció a los keynesianos y con el afán de llevarlo a lo macro-económico, le dieron al Estado el rol del restaurante con la ventana rota.Estas políticas de Estado llevan a lo que hoy conocemos como corporativismo; "¿baja la producción de autos? subsidio a las fábricas de automotores, ¿sube el precio de los medicamentos? subsidio a las farmacias..." y así. Pero esto no se queda ahí, en EEUU empresas privadas enteras han sido fundadas con un previo acuerdo con el Estado de X años de subsidio estatal. Por ejemplo, el venerado Elon Musk en EEUU, después de vender Paypal a eBay, logró 4 contratos con el Estado por casi 5 Billones de dólares para fundar Tesla, SpaceX, etc. Así cualquiera...
Claramente, esto es una adicción. Ayuda al empresario que no tiene el capital para invertir, evitando el ahorro y fomentando el despilfarro. Encima de esto, le agregamos un político que saca rédito de gastar la plata del contribuyente y por último, y tal vez lo peor, se crea dependencia del sector privado al público. Este círculo vicioso es el responsable de que una pequeña crisis típica de los ciclos económicos se convierta en un gigante como La Gran Depresión.
Como toda adicción, la mejor forma de terminar con esto es una rehabilitación, cortando con el suministro y siendo rigurosos. Si, me refiero a un shock. El gradualismo ha fallado en todo el mundo, mientras que países como Chile, Estonia, Singapur o Panamá han logrado salir éxitosamente de una economía intervencionista cortando los subsidios y bajando impuestos de la noche a la mañana.
Por último, para los que saben inglés, les recomendamos desde el Argentino Liberal este video de Stefan Molyneux, que explica perfectamente los males del corporativismo, o lo que él llama "Crony Capitalism"
https://www.youtube.com/watch?v=G45UboC2iVk




